(Testimonio/ relato verídico)

Todos sabemos que el día 31 de octubre es el día en que se celebra la fiesta pagana de ”Halloween” también llamado el día de todos los brujos y las brujas, pues según algunas tradiciones espiritistas y muchas corrientes oculistas, este día las energías confluyen para lograr una especie de debilitamiento en el umbral que divide al mundo espiritual con el mundo físico, esta tradición proviene del viejo mundo y ha logrado arraigarse hasta nuestros días, por supuesto que ha sufrido serias modificaciones con el paso del tiempo y en algunos casos es un alivio que haya sucedido así, pues las tradiciones originales eran mucho más oscuras y tétricas, esta fecha, su mitología y su misticismo es digno de estudiar en una publicación aparte, y eso es lo que haremos, pero por el momento me dedicare a transcribir literalmente lo que una persona muy cercana a mí ha tenido la confianza de relatarme, este testimonio trata sobre la madrugada de un día 31 de octubre, y una aparición fantasmal, un ser venido de la más profunda oscuridad que tenía el aspecto de “un monje”, sin más preámbulo solo mencionare que llamaremos Paula a la protagonista para proteger su identidad, y su experiencia sucedió exactamente así…

—: hola, soy Paula, y quiero decir que nunca me he considerado una persona miedosa o fácilmente sugestionable, de hecho cuando me reunía con personas y alguna de ellas relataba algo de terror o relacionado con el tema de fantasmas o algo así, yo siempre me sentía muy emocionada e interesada, me gustan las películas de terror, las leyendas coloniales y los libros de misterio y de terror también, en lo personal, encuentro fascinación en estos temas pero, nada de esto me preparo para lo que ese día viví, verán, recuerdo perfectamente que era sábado, un sábado de hace unos 18 años, recuerdo que era sábado porque me encontraba regresando de una fiesta familiar, una boda para ser exactos, esa noche mi hermano me trajo a casa después de la fiesta, eran aproximadamente las 3:00 de la madrugada del día 31 precisamente, recuerdo que llegamos a mi casa, me baje del coche y nos despedimos, esa noche en particular no había nadie más en casa, por alguna razón me encontraba yo sola, aunque esto era frecuente, pues era soltera y la persona que vivía conmigo no estaba todo ese fin de semana, el caso es que llegue y lo primero que hice fue ir al baño, pero desde que llegue a la casa, sentí una especie de vibra o energía rara, un tipo de energía que se sentía pesada y densa, no quise darle importancia, así es que seguí como si nada, fue justo cuando me estaba lavando las manos que sucedió lo impensable, el baño de mi casa es pequeño y el espejo esta sobre el lavabo frente a la puerta, ósea que una persona que se está lavando las manos, tiene de espaldas la puerta de entrada al baño, recuerdo que me estaba lavando las manos y la puerta estaba entreabierta, estaba enjabonándome mientras pensaba en los buenos momentos que había tenido la fiesta cuando levante la mirada para observar mi rostro en el espejo, sin embargo inmediatamente algo a mis espaldas llamo poderosamente mi atención, pude ver por encima de mi hombro, claramente la figura de una persona que estaba parada justo afuera de la puerta del baño, su figura era la típica figura de un monje encapuchado con su propia túnica o habito, lo pude observar perfectamente claro por los 30 o 35 centímetros de espacio que había entre la orilla del apuesta y el marco de la misma, mi respiración de inmediato se colapsó y sentí como mis pulmones inhalaron un poco de aire y se cerraron, sentí que mi sangre se helaba y que mi cuerpo se petrifico, una especie de terror se apodero de mi ser, nunca en mi vida he sentido tanta maldad y oscuridad, ese ser emanaba una maldad profunda y horrible, tenía la cabeza ligeramente agachada y por la capucha no le pude ver el rostro completo, solo de media nariz para abajo, pero lo que vi fue suficiente para que esta imagen me acompañara por el resto de mi vida, cuando pude recuperar el control de mi cuerpo, me di vuelta casi por reflejo para encontrar que había desaparecido, más no había desaparecido aun su energía, su pesadez permanecía y ahora la sentía más envolvente, no me atreví a salir del cuarto de baño de inmediato, de hecho cerré la puerta y me quedé ahí mucho tiempo, hasta que me arme de valor y salí corriendo literalmente hasta mi recamara, cuando llegue a mi cama el reloj de mi teléfono marcaba las 5:48 de la mañana, a mí me pareció que solo estuve en el baño unos diez minutos pero estuve agazapada más de dos horas, hasta ahora no puedo comprender por las vías de la razón ¿que fue lo que pudo ser esa visión?, ese ser estaba ahí parado, emanando toda su maldad, en el fondo, pude sentir que este ser era un espíritu antiguo y oscuro, poseedor de un alma llena de ignominias y atrocidades, también pude sentir aversión y repugnancia, pues cuando cerré la puerta del baño después de haberlo visto, recuerdo que lo primero que sentí a nivel físico fueron nauseas muy agudas, no llegue a vomitar pero si arquee varias veces, de verdad que hasta ahora no entiendo ¿porque se me presento a mí?, ¿porque ese día?.

No quiero pensar mucho en eso, y solamente quisiera terminar diciendo que esa noche pude comprobar que el terror es real y habita dentro de cada uno de nosotros, el terror es parte de nuestra vida y solamente hace falta un pequeño empujón para que ese terror, nuestro terror, se manifieste y nos muestre lo frágiles e ignorantes que somos.

Tratare de guiar a un dibujante para que realice un dibujo robot de lo que vi, no omitiré ni un solo detalle y espero que mi testimonio les haya parecido interesante, gracias —.

“Interesante sin duda”, el relato de Paula, y más intriga nos genera cuando recordamos que la noche que este acontecimiento tuvo lugar fue la madrugada del día de “Halloween”, la noche de los brujos y de las brujas… la noche que los demonios y otras monstruosidades están más cerca de nuestro mundo. Así que el próximo 31 de octubre trata de mantenerte sereno y atento, no descuides tu espalda, pues podrías no darte cuenta de que algo, respira sobre tu hombro…