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EL HOMBRE ALADO DE NICOLÁS ROMERO, MÉXICO

(Testimonio/ relato verídico)

Entre los testimonios que he recolectado en todos los años que me dedicado a la búsqueda de los misterios más ocultos, hay uno que sobresale por la cercanía y por la naturalidad con que fue relatado, rico en detalles y con una narrativa natural y sin contradicciones, un testimonio de esos que son valiosos y que casi no hay, al final, siempre queda en el criterio de cada uno de nosotros el sentido en el que tomamos este relato, pero adelanto en decirles que para mí personal punto de vista, este testimonio es completamente cierto.

Después de todo… un gran porcentaje de la histórica oficial son testimonios y relatos de las personas que vivieron los hechos.

Apreciado lector, ahora procederé a transcribir lo más fielmente posible el testimonio que me dio en persona un joven trabajador y padre de familia, habitante de las cercanías de Nicolás Romero en la CDMX. Cabe destacar que esta persona es viejo conocido y he tenido el honor de ser amigo de su familia desde hace varios años, para efectos de confidencialidad, llamaremos Carlos al protagonista de esta historia, la cual sucedió a mediados del mes de octubre de 2016, su experiencia fue así;

 

–: Era viernes, muy por la mañana, más o menos las 4:30 am, generalmente diario salgo de casa a esa hora para poder llegar puntual a mi trabajo, pues el tráfico de la zona empieza muy temprano y el lugar en donde laboro está retirado, todo estaba normal, tome café, prepare mi ropa y mi mochila como cada mañana, y como siempre, me despedí de mi esposa con un escueto –ya me voy, hasta luego–, abrí la puerta de mi casa que da al patio, el terreno de mi casa es grande aunque la construcción es pequeña, sentí un frio muy agudo, incluso creo que podría decir que esa mañana hacia más frio que otros días de la misma época, recuerdo perfectamente que subí el cierre de mi chamarra y salí, pero justo en ese momento, algo llamo mi atención, algo que estaba posado o “parado” sobre la rama gruesa de un árbol grande que está justo detrás de la barda que rodea mi propiedad, es decir, este árbol está en la calle pero está pegado a mi pared, la pared que rodea mi propiedad es de altura promedio, unos 2.20 metros más o menos, la rama que sostenía a esta “cosa”, estaba a unos 10 metros sobre la barda, la verdad no sé qué tipo de árbol es, es de los más grandes y gruesos, de esos que tienen ramas gruesas y no tantas hojas.

Apenas afuera de mi casa, con la puerta abierta a mis espaldas, me encontré con esa cosa agazapada en la rama de ese árbol, ¡ha sí!, me olvidaba mencionar que yo estaba a unos 20 o 23 metros de la barda, por lo tanto, del árbol, mencione que mi patio es grande, eso que estaba parado en la rama era negro, pero de un extraño color negro, más bien pardo o negro de tono mate, profundo, pues más que negro, parecía un espacio vacío, agudice mi vista y lo observe claramente, durante unos dos minutos sin que ninguno de los dos hiciera ningún movimiento, y fue cuando de repente, ¡ese bulto negro se enderezo! Si, se irguió como si fuera una persona que estuviera en cuclillas y se pusiera de pie sobre la rama, sentí el imperioso impulso de correr o de meterme a mi casa, pero no hice nada, no moví ni un musculo, solo seguí observando, tratando de respirar despacio. Ese ser parado en la rama del árbol era igual a una persona de pie en la rama, una persona inusualmente alta, pues calculo que tuviera más de 2 metros de altura, de lejos podría haber parecido una persona alta vestido con una gabardina negra larga que lo envolvía desde el cuello hasta los pies, era muy parecido a lo que acabo de comentar pero lo increíble es que estuviera parado en la rama de aquel árbol, ahora que recuerdo, una cosa que pudiera haber sido rara también, es que esa rama aguantara el peso de esa cosa, pues de haber sido una persona, debería haber pesado más de 110 o 120 kilos, pero esa rama aguanto sin siquiera tronar, si es una rama gruesa pero… no lo sé. 

El caso es que después de unos 3 minutos de estar parado ahí, inmóvil, igual que yo, ese ser hizo lo más impactante que he visto en mi vida, aún recuerdo el escalofrió y la sensación de ingravidez que sentí cuando esa cosa abrió lentamente sus brazos, los extendió lento y pude ver claramente que eran extremadamente largos, además de que contaban con una articulación más que las que tenemos los seres humanos, pues entre lo que sería el codo y la muñeca tenía otra articulación, seguramente por eso podía poder envolver su cuerpo de esa forma tan peculiar, conforme extendía sus brazos, pude ver que debajo se desplegaban unas alas membranosas y gruesas, se me figuro mucho a la lona vieja, tal vez a una piel curtida y reseca, pero extrañamente, también me dio la impresión de que esas alas eran aceitosas, más bien como si estuvieran embarrados de petróleo o brea negra…

No daba crédito a lo que estaba viendo, pues este ser abrió sus brazos, alas, despacio, como mostrándose en todo su esplendor, como si estuviera mostrando su imponente físico, me pareció un acto intimidatorio, pues extendió sus alas en todo su ancho, pude ver que la envergadura de sus alas era desproporcionada, pues si su alto lo calculo en más de 2 metros, de punta a punta de sus alas calculo que serían más de 5 o casi 6 metros, de verdad que tapo todo el árbol y mucho espacio más.

Dibujo realizado por Carlos para ilustrar su experiencia.

Después de que esta cosa se exhibió durante unos escasos pero largos 30 o 40 segundos, se lanzó hacia su izquierda, asea hacia mi derecha, y cayo unos 2 o 3 metros para remontar el vuelo con un par de aleteos de sus grandes e imponentes alas, por cierto, no he comentado que esas alas no las he visto nunca en ningún animal conocido, pero a lo que más se podían haber parecido es a las alas de los zorros voladores, ese tipo de murciélago comedor de fruta que es uno de los más grandes que existen, si, tal vez…

Debo remarcar que cuando aleteo, remonto y gano altura de inmediato, como si esos aleteos le hubieran impulsado con mucha fuerza hacia arriba y hacia adelante en el aire, pues gano de inmediato más altura que la rama en la que estaba parado y se alejó rápidamente planeando por el aire, en pocos segundo se perdió de mi vista en la lejanía, solo alcance a ver un par de aleteos más, casi a punto de perderlo de vista, así es que solo vi que aleteo cuando se dejó caer del árbol y de nuevo cuando ya estaba muy lejos, casi fuera de mi alcance visual, planeo mucha distancia y muy rápido, pues se alejó hasta perderse de vista en solo unos 4 segundos más o menos.

Y ahí estaba yo, parado en el umbral de mi puerta sin poder mover ni un solo musculo, con una sensación de miedo interno tan profundo que no quería ni siquiera voltear para meterme a mi casa, después de un par de minutos creo, retrocedí dos o tres pasos y me introduje a mi casa, recuerdo muy bien que respire profundo y de inmediato cerré la puerta con seguro, también las ventanas, y me dirigí a la recamara en donde mi esposa dormía, recuerdo que la vi durmiendo e hice un gran esfuerzo por suprimir el impulso de despertarla de un buen grito, como dije, no lo hice, solo tome un par de tragos de agua y me decidí a asomarme de nuevo, recuerdo que abrí la puerta con gran temor, muy lento, como si no quisiera hacer ni un poco de ruido, ahora imagino lo ridículo que debí verme –jejejeje–.

Después de un rato de observar todo mi alrededor, recordé que tenía un empleo y que no podía darme el lujo de perderlo en ese momento, así que salí de casa con toda la precaución y el sigilo que pude, y con paso apresurado recorrí las calles que recorría todas las mañanas para tomar el transporte público que me llevaría a mi lugar de trabajo, todo ese día no pude hacer otra cosa que pensar en lo que había sucedido, en lo afortunado o desafortunado que era al haber tenido esa experiencia, y aunque conforme pasaba el tiempo me sentía más tranquilo, algo en mi interior me decía que así como yo había visto a esa cosa, ese ser también me había visto a mí, eso me hacía sentir miedo y preocupación, un sin fin de pensamiento y sentimientos me embargaron durante todo el día.

Bueno, pues eso es básicamente lo que me sucedió esa mañana, todavía sigo pensando en ¿que fue lo que vi?, he barajeado todas las posibilidades que me ha pasado por la cabeza, desde la posibilidad de que fuera una persona con un disfraz, hasta la posibilidad de que fuera una persona con una especie de ala delta plegable, una especie de capa desplegable, una maquina voladora, un dron, un murciélago inusualmente grande, un pájaro gigante, pero ninguna de estas posibilidades me deja ni un poco satisfecho, pues yo sé que lo que vi no fue nada de lo antes mencionado, era un hombre, ¡un ser humano con alas!, no encuentro otra explicación, pero aun así, me cuesta trabajo aceptarlo.

Para terminar, debo explicar un poco más el contexto del acontecimiento, yo vivo al lado de una carretera poco transitada, en la orilla de una colonia en desarrollo, una colonia en vías de urbanización, las calles circundantes aún no están pavimentadas y en general los terrenos son grandes con pequeñas viviendas construidas, una colonia en vías de urbanización en el sentido más literal de la palabra, cabe además mencionar que al otro lado de la carretera que está al lado de mi casa, hay una cañada, una especie de pequeño barranco de unos 15 metros de profundo en cuyo fondo pasa un canal de agua poco profunda, más bien es un riachuelo que a veces ni siquiera agua lleva. Entonces como se podrán imaginar, no hay muchos vecinos y los que hay, no están tan cerca como en las colonias más céntricas de la CDMX, además de que a esa hora son pocas las personas que tenemos que salir de casa.

No es mi intención convencer a nadie para que crea lo que acabo de relatar, pero aseguro que lo que acabo de decir fue real y cierto, empeño mi palabra y mi honor en ello–.

            El testimonio que Carlos nos acaba de regalar es muy impresionante, pues revive la leyenda de un viejo críptido muy conocido y hasta famoso en todo México y EUA, claro, estamos hablando de Motman, el “hombre polilla”, conocido por ser avistado poco antes de grandes desgracias, generalmente desastres naturales como terremotos o inundaciones, pero, en el testimonio de Carlos hay algo que no encaja, Motman generalmente es descrito como un hombre robusto y alto, pero sin cabeza como tal, más bien las personas describen que sus ojos brillan de un color rojo y se encuentran en donde deberían ser los hombros del ser, tal vez a los lados de una incipiente cabeza que más bien asemeja un montículo, algunas personas le describen con antenas como de grillo y otras no.

En el relato del testimonio de Carlos, el ser era tal cual un hombre con alas, pero por todo lo demás y a excepción de la inusual altura y los brazos, un hombre sin más que decir, asea que su cabeza estaba bien diferenciada sobre sus hombros, con cuello y las proporciones normales de un ser humano, lo cual difiere mucho de las descripciones que las personas han hecho del ser conocido como Motman, además de que en el tema de las alas tampoco hay mucha coincidencia con los testigos de Motman, pues algunos lo describen con alas de mariposa o polilla, mientras que otros lo describen con alas de ave, más parecidas a las alas de un halcón o una águila, solo unos pocos describen al típico Motman con alas de murciélago, relámete existen contadísimas descripciones de este tipo de alas cuando se habla del clásico Motman. Entonces, ¿que fue lo que Carlos vio esa mañana?, ¿una especie diferente de Motman?, ¿un ser completamente diferente?, ¿un tipo de ser humano que de alguna manera consiguió seguir una línea de evolución diferente a la nuestra?, pero en caso de ser así, ¿por qué?, ¿cómo?, ¿cuándo?, acaso se trató de un ser de naturaleza espiritual, Carlos lo vio y lo percibió completamente físico, incluso pudo calcular su peso aproximado, nunca vio algo que pudiera validar la hipótesis de que este ser fuera espiritual o espectral, pero entonces…

Carlos aún se pregunta esto mismo, y seguiría siendo el que cuenta una extraña historia si no fuera porque unos veinte días después de lo que le sucedió, se enteró de que un vecino suyo, tuvo una experiencia similar (testimonio publicado como “el hombre alado de Nicolás Romero, segundo avistamiento”), una experiencia que sin duda valida y reafirma lo que Carlos vio, un nuevo testimonio que avala la posibilidad de que en la localidad de Nicolás Romero en México, habita un ser que no es humano aunque lo parece, un ser que no es un animal aunque también lo parece, y mientras no téngannos más información, solo nos queda realizar hipótesis, tratar de conectar eventos, intentar entender cómo es que un ser de esta naturaleza puede existir. Y así, seguimos investigando y preguntando a todo aquel que creamos puede aportar valor a nuestro trabajo, luz en esta oscuridad que sin embrago, se dilucida poco a poco.

Hasta el momento de la realización de esta publicación, no ha habido más información sobre estos casos, no ha habido más avistamientos o al menos no se ha sabido de algún otro avistamiento similar por la zona, pero seguimos investigando y estamos seguros que eventualmente, tendremos más información que nos ayudara a comprender, aunque sea un poco más…


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3 comentarios en “EL HOMBRE ALADO DE NICOLÁS ROMERO, MÉXICO”

  1. este tipo de relatos siempre me han gustado mucho, sobre todo porque he conocido a motman desde hace muchos años y siempre me ha causado curiosidad, en lo personal no creo ue se aparezca cuando va a haber un desastre como dicen, mas bien creo que nah sido coincidencias.
    yo en lo personal puedo contar que hace algún tiempo vi algo raro en Acapulco, estaba hospedado en un hotel de los que están frente a la playa, en la zona a central de la costera Miguel Alemán, recuerdo que eran como las once de la noche y estaba lloviendo super fuerte, una verdadera tormenta, yo estaba mirando por la ventana hacia el mar, estaba en el piso trece mas o menos, cuando vi claramente que entre la lluvia, por debajo de la nubes un ave paso volando, mas bien casi planeando porque solo aleteo lento una vez en lo que cruzo el cielo y se perdió de mi visita, la vi muy grande y por la distancia debió ser realmente enorme, tal ves del tamaño de un hombre grande o mas grande aun, las alas mucho mas grandes y la vi super claro pues las luces de abajo iluminaban hacia arriba y pude verla iluminada de abajo hacia arriba, se veía como una ave pero, quizá pudo haber sido un hombre alado como el que dice el blog o motman incluso!!!
    bye.

    1. Me parece que este blog es una joya no descubierta, ojalá se siga alimentando de entradas pues ya hace un rato no publican nada nuevo!!!
      En lo personal yo si he visto aves gigantes, en Tepeji del Río Querétaro en México.
      Una ve estaba dando un paseo con mi perro y de entre unos arbustos aleteo algo realmente grande, me asusté y retrocedí mientras mi perro ladraba, pero estaba a una excelente distancia para ver qué se trataba de un ave tipo cuervo pues era muy negro y su pico era grueso y curvado pero su tamaño era descomunal, yo calculo sin temor a equivocarme que su cuerpo medía más de un metro de alto y sus alas extendidas debieron haber medido más de tres metros de punta a punta, estoy siendo conservador pues no lo vi volando realmente, solo aleteo y se alejó dando saltos, ya no lo seguí por supuesto, aunque pudiera haber sido incluso más grande!!!
      Saludos y excelente día!!!

  2. Que interesante relato, yo vivo en Cuautitlán y también ahí hay relatos de este tipo, mas para el área de Tepotzotlán, por los arcos del sitio, ahí una persona me contó que vio una vez mientras llovía un ave super grande, era un ave que paso volando muy alto pero se veía muy grande, casi como un avión, se vio muy claro aunque estaba lloviendo y después me contó que esas aves ya eran vistas por sus abuelos y por las personas que vivían en ese lugar desde hace mucho tiempo, parece que siempre viene y se va para el norte. definitivamente una de mis criaturas preferidas en la criptozoologia es esta ave gigante, y me gustaría ver una en la vida real. ojalá sigan este tipo de relatos.

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